Los que tuvieron la oportunidad de verlo jugar, lo consideraban el futbolista perfecto. Ganador de tres mundiales, el mejor jugador del Siglo XX según la FIFA y el mejor atleta del Siglo, según el Comité Olímpico, y considerado Ciudadano del Mundo por la ONU. Pelé, pierde su batalla contra el cáncer a los 82 años de edad.
La leyenda comienza cuando el joven número 10, sorprendió en el Mundial de Suecia a los 17 años, símbolo del “jogo bonito”. De ahí, vinieron Chile y México. En este último, los mexicanos adoptamos a Brasil cómo nuestra segunda selección, precisamente por la magia que desplegaba. Se transforma de Pelé (apodo con el que lo nombraba un amiguito a los 9 años), en “O Rei”.
Fue tal vez el primer deportista convertido en fenómeno de masas. Su destreza física, su poder de piernas, el regateo, la forma que se elevaba para rematar, su don de gentes y su sonrisa que mantuvo intacta desde sus comienzos en Santos, en 1958, conquistaron al mundo.
Su fallecimiento ha traído una gran cantidad de reconocimiento de primeros mandatarios, políticos, futbolistas, equipos de fútbol y personajes no vinculados al fútbol. Lamentablemente ya no estará, en el reino de los vivos, pero tal vez, llegará al cielo para echarse una “cascarita” con otros grandes futbolistas como Cruyff, Di Steffano, Eusebio, Maradona y Zarra.
Viva O’ Rei.


