Agencias /CDP NOTICIAS
Que la Navidad es la mejor temporada para fraternizar, olvidarse de los problemas, unir a familias y sacar lo mejor del espíritu de paz eso no aplica en el caso de la película Noche Sin Paz (Violent Night).
Si no, hay que preguntarle al peculiar Santa Claus que protagoniza esta cinta, interpretado por David Harbour, y quien está harto del excesivo materialismo de la gente, de la indiferencia de muchos niños y de que pocas familias le den su lugar.
“Descubrí a este Santa Claus al leer el guion y lo primero que pregunté fue: ‘¿es cierto el guion o es una broma?’.
“Llevaba unas 10 páginas y no lo creía, porque es un Santa Claus poco común: es borracho, irresponsable, gruñón y desmotivado, aunque tiene una razón de ser”, contó Harbour, el popular e inconfundible Jim Hopper de Stranger Things.
De esta manera es como se presenta el venerado ícono de la Navidad en el filme, que se estrenará este jueves en los cines.
Esta atípica versión del personaje deberá recurrir a su astucia y conocimientos ancestrales para hacerle frente a una tragedia familiar en la residencia de la acaudalada Familia Lightstone.
Jason Lightstone (Alex Hassell) está separándose de Linda (Alexis Louder), pero como a su hija Trudy (Leah Brady) le entusiasma compartir esta fecha en familia, acuden con la poderosísima y acaudalada matriarca, Gertrude (Beverly D’Angelo).
Ahí se topan con el cuñado y la hermana de Jason y las personas de confianza de la temible Gertrude, hasta que una horda de hampones los secuestra y desea robarles.
Una muy oscura y divertida Navidad
“No hay nada escrito para la Navidad. Para todos es una fecha importante, pero siempre hay personas que no la pasan tan bien, por muchas razones.
“Mi ideal no era proponer una historia lineal y clásica, sino algo distinto, algo así como Duro de Matar conoce a Mi Pobre Angelito y lo revuelvo con villancicos y lo previo a la saga de ¿Qué Pasó Anoche?”, apuntó el director noruego Tommy Wirkola (Zombis Nazis).
Ben (John Leguizamo) figura como el líder de los mercenarios que asesinan a diestra y siniestra a quien se interpone en su camino en la no tan bien resguardada mansión.
“Lo más divertido de encarnar al villano es que haces maldades que en la vida real no podrías. Digo, crecí viendo telenovelas y el momento de los malos es único; llévatelos a una película así y son magníficos.
“Es una película para adolescentes ya mayorcitos y adultos, pero no para los abuelitos. A ellos los dejas en casa viendo otro programa porque corren el peligro de decepcionarse. Yo adoré la historia por brillante y original”, admitió Leguizamo.
Con el cuadro de comedia, arco dramático y encrucijada inconclusa expuestos, toca a Trudy, la dulce niña coprotagonista, hacer lo suyo: pedir que sus padres se reconcilien, encontrar un walkie talkie para comunicarse con Santa y hacerle entender a éste que la esperanza muere al último.
“Su intuición la hace sobrellevar la tragedia del secuestro, los asesinatos, todo en comedia oscura, y hace algo impensable. De hecho, no imagina los resultados de su plan, que es, a final de cuentas, defender a su familia y a la Navidad”, acotó Harbour.
Con información de Reforma
