Pone elección en EU en encrucijada a México
Agencias
No importando quién gane la elección por la casa Blanca el martes, México enfrentará un desafío único para reformular su política ante Estados Unidos, cuya principal ancla seguirá siendo el control de la migración irregular, pero cuyo principal riesgo estará más bien en el área de política comercial.
Según el índice de riesgo de The Economist Intelligence Unit, México está más expuesto que ningún otro país al triunfo del republicano Donald Trump; pero la tensión en torno a la revisión en 2026 del Tratado de Comercio entre México, EU y Canadá (T-MEC) permanecería incluso con la demócrata Kamala Harris.
“Ya sea con Trump o Harris, la revisión del T-MEC en 2026 y el periodo previo el próximo año serán un desafío. Ambos quieren ver un cambio, sea en el Tratado mismo o en la conducta de México”, dice a Grupo REFORMA, Pamela Starr, profesora de Ciencia Política en la Universidad del Sur de California (USC).
A pesar de que en 2023, México se volvió en principal socio de EU con 800 mil millones de dólares en comercio, el vínculo entre ambos países a través del T-MEC no está asegurado, pues los principales actores en política comercial en EU sienten que ni Trump ni Harris tendrían interés en renovarlo en 2026.
“La posibilidad de una renovación inmediata es muy baja. México y Canadá renovarían el acuerdo mañana, preferiblemente sin cambios. Pero desde la perspectiva de EU, el costo de no renovarlo es relativamente bajo”, afirma C.J. Mahoney, número dos de la política comercial bajo Trump, en un foro reciente en Houston.
Los únicos países comparables a México por los intereses que se juegan en la actual elección presidencial serían naciones como Ucrania, que vive bajo la angustia de su futuro inmediato por las amenazas de Trump de cesar la ayuda de EU para repeler las agresiones bélicas del Presidente ruso Vladimir Putin.
“Sería difícil encontrar países con un mayor interés económico en la elección que México, pero como cuestión existencial diría que países como Ucrania y Polonia tienen más en juego”, dijo a Grupo REFORMA, Andrés Martínez, profesor de la Escuela Cronkite de periodismo en Arizona State University (ASU).
EL RIESGO ECONÓMICO
A sólo cinco semanas de la elección, la actual Vicepresidenta y candidata del Partido DemócrataKamala Harris hizo patente que el riesgo para México en el terreno comercial iba más allá de Trump al declarar desde el crucial Estado de Michigan en septiembre que ejercería el derecho de revisar el T-MEC en 2026.
Con un promedio de 1 punto porcentual en las encuestas ante Trump en Michigan, la capital de la industria automotriz estadounidense, Harris reactivó su antiguo discurso proteccionista presumiendo a trabajadores manufactureros haber sido uno de los 10 senadores que se opuso a la ratificación del tratado en 2020.
“Como una de los 10 senadores que votaron en contra del T-MEC, sabía que éste no era suficiente para proteger a nuestro país y a sus trabajadores”, dijo Harris para apelar al voto de los integrantes miembros del poderoso Sindicato de Trabajadores de la Industria Automotriz (UAW, en inglés), opuestos al acuerdo.
Negociado por Trump y ratificado con el apoyo de la mayoría del Partido Demócrata en el Capitolio, el T-MEC ha sido el blanco de nuevas críticas del UAW asegurando que ha facilitado el traslado de empleos a México a pesar de haber incluido reglas de origen mucho más duras y mecanismos laborales efectivos.
A finales de octubre, el presidente del UAW Shawn Fein aseguró en una entrevista con la revista The Nation que la manera de ganar los cruciales Estados del Cinturón del Óxido -Michigan, Wisconsin y Pennsylvania-, Harris debía imitar la retórica contra el comercio con México adoptada por Trump con éxito en 2016.
En medio del creciente discurso proteccionista, la realidad es que en el plano automotriz, el Gobierno estadounidense está incumpliendo desde enero de 2023 la decisión de un panel de arbitraje del T-MEC que le dio la razón a México y Canadá de cómo interpretar la implementación de reglas de origen automotriz.
Menos de dos semanas después de que Harris retomara sus críticas al T-MEC, el candidato Trump prometió ante el Club Económico de Detroit que en la revisión en 2026 introduciría medidas para proteger a las industrias del auto y del acero de EU y para prohibir la triangulación de productos chinos hacia EU a través de México.
“Me voy a divertir mucho y será entonces que abordaremos estas preocupaciones”, dijo Trump entonces.
Lo cierto es que desde 2023, el republicano ha anunciado medidas mucho más radicales en materia comercial, como la amenaza de imposición de un arancel de hasta 20 por ciento a las importaciones a EU, incluyendo de socios con tratados de libre comercio como México, y que empujarían a la economía mexicana a la recesión
“En el peor de escenarios, la economía mexicana enfrentaría una recesión, depreciación cambiaria y mayor inflación”, dijo en julio de 2024 un análisis de Moody’s Analytics previendo un arancel de 10 por ciento.
Haciendo uso de desinformación, Trump no ha parado en amenazar comercialmente a México, pues desde 2023 ha asegurado que automotrices chinas construían las fábricas más grandes del mundo cerca de la frontera y, apenas en septiembre, dijo a Fox News considerar aranceles de hasta 500 por ciento contra ellas.
En octubre, afirmó, sin pruebas otra vez, que un amigo suyo le dijo que las automotrices chinas detuvieron la construcción de dichas plantas gigantescas en México luego de enterarse de su amenaza.
No importando quién resulte electo a la Casa Blanca, Harris y Trump deberán enfrentar dos disputas comerciales contra México: un panel instalado para analizar la prohibición mexicana para importar maíz transgénico y otra controversia por la política energética que beneficia a las paraestatales mexicanas.
Además de las razones de política estadounidense, el Gobierno de Claudia Sheinbaum ha complicado aún más su posición ante la revisión del T-MEC derivado de las reformas constitucionales aprobadas o en camino de aprobación del llamado “Plan C”, incluyendo la reforma que recompone el Poder Judicial.
“Hay una sensación general entre ambos candidatos de que México se ha convertido en un socio menos confiable en términos generales”, asegura a Grupo REFORMA, Ryan Berg, director para las Américas del Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) sobre las percepciones de las campañas.
“Si bien antes era probable que Canadá se hubiera puesto del lado de México en contra de EU para impedir revisiones importantes del T-MEC, Canadá podría sumarse a EU para presionar a México en algunas de sus reformas internas”, agrega Berg, sobre las distintas reformas impulsadas en México desde agosto.
EL FACTOR MIGRATORIO
Desde 2019, la relación de México con EU ha tenido como ancla principal el control migratorio implementado por el ex Presidente Andrés Manuel López Obrador en territorio mexicano luego que Trump amenazara en junio de ese año imponer aranceles a México de no detener a migrantes irregulares.
El despliegue de más de 25 mil elementos de la Guardia Nacional mexicana en el territorio mexicano logró que, entre 2019 y lo que va de 2024, el Gobierno de México haya detenido a más de 2.6 millones de migrantes irregulares, algo aplaudido por Trump como por su sucesor, el actual Presidente Joe Biden.
A pesar de las quejas de diversas organizaciones pro-migrantes que aseguran que México contribuye a la limitación al derecho al asilo, la colaboración de México en la contención migratoria es algo que se da por sentado entre las campañas en EU, pero persisten dudas sobre la posición de laPresidenta Sheinbaum.
“No es fácil saber cuáles van a ser las políticas de la Presidenta Sheinbaum respecto a migración”, dijo apenas en octubre en un foro del Woodrow Wilson Center la ex Embajadora de EU en México, Roberta Jacobson, a quien le tocó experimentar la primera etapa de la Administración Trump.
“Hemos escuchado sobre lo que le gustaría hacer para proteger a los mexicanos en EU (…) pero no tanto sobre lo que México estaría preparado a hacer respecto al fenómeno de migración, ya sea a través de México, hacia México, en la frontera y pienso que eso está todavía por definirse”, aseguró.
La definición de la Presidenta Sheinbaum sobre si continuará la política de colaboración en la contención migratoria con EU implementada por López Obrador dependerá, según los expertos, en el propio resultado de la elección presidencial del 5 de noviembre, pues deberá ajustarse a la aproximación de Trump o Harris.
Los flujos de migración irregular a la frontera con México han sido uno de los cinco principales temas de interés para los votantes de EU, según el Pew Research Center, pero entre los republicanos el tema es la prioridad número dos sólo después de la economía, lo que se ha reflejado en la retórica antiinmigrante de Trump.
Desde 2023, Trump ha amenazado que, de regresar al poder, llevaría a cabo la operación de deportación de indocumentados más grande en la historia de EU, incluso superando a la “Operación Mojado” de 1954 del ex-Presidente Dwight D. Eisenhower y que abarcó entre unos 250 mil y 1.3 millones de individuos.
Ante las dudas de expertos sobre su viabilidad, los planes del candidato republicano sin embargo representarían otro reto para la diplomacia mexicana dado que al menos 4 millones de los 11 millones de inmigrantes indocumentados presentes en EU son nacidos en México, según el Pew Research Center.
“¿Podrá deportar a 10 millones? No, eso parece un poco extremo desde el punto de vista logístico. ¿Pero no podría comenzar con deportaciones desde los Estados republicanos? Yo creo que sí. ¿Y cómo responderá México?”, dice a Grupo REFORMA la profesora Starr de la Universidad del Sur de California.
Para el American Immigration Council, un grupo que favorece una reforma migratoria integral para crear opciones de migración legal a EU, los planes de Trump enfrentan diversas restricciones, incluyendo el hecho que deportar a 1 millón de personas al año significaría un gasto de 88 mil millones de dólares anualmente.
Pero quizá la mayor restricción a la deportación masiva de indocumentados es el gravísimo efecto que representaría para la economía estadounidense con el Peterson Institute for International Economics (PIIE), calculando una caída en el Producto Interno Bruto (PIB) de este país de hasta 7.4 por ciento.
“Hablando de vender realidades alternativas, Trump va a tener que hacer muchas simulaciones de que está deportando gente. Las deportaciones masivas reales que ha prometido causarían una enorme depresión económica en EU”, señala Andrés Martínez, el profesor de periodismo de la Arizona State University (ASU).
Dependiendo su éxito de la composición de la Cámara Baja y del Senado tras la elección, la demócrata Harris ha dicho que de llegar a la Casa Blanca empujaría la masiva iniciativa por más de 118 mil millones de dólares en fondos de seguridad para la frontera con México, que falló en ser aprobada en febrero de 2024.
PRIORIDAD: EL NARCO
Responsable de la muerte de más de 74 mil estadounidenses tan sólo en 2023, el combate a los cárteles mexicanos que trafican con la droga sintética conocida como fentanilo es otra de las prioridades de los candidatos Harris y Trump que directamente involucran la atención del Gobierno mexicano.
Tal como lo insinuó de manera privada a su entonces Secretario de Defensa Mark Esper en 2020, Trump ha considerado el lanzamiento unilateral de misiles estadounidenses contra los laboratorios de fentanilo en territorio mexicano, algo que provocó fuerte consternación al interior de su propio Gabinete.
Basándose en ideas radicales presentadas por miembros del Partido Republicano, el aspirante ha lanzado amenazas a México como el implementar bloqueos navales para evitar que barcos de carga que transporten precursores químicos desde China lleguen a puertos mexicanos o el insistir en ataques militares en territorio de México.
“El problema es que México está petrificado por los cárteles porque pueden eliminar a un Presidente en dos minutos. Los cárteles manejan México. México va a tener que arreglar la situación muy rápido. O si no, la respuesta es que absolutamente (atacaremos),”, dijo Trump a la cadena Fox News en entrevista en julio.
Ante la debilidad política que la Administración Biden y ella misma enfrentan ante la llegada de más de 2.5 millones de encuentros de migrantes irregulares tan sólo en 2023 en la frontera con México, lacandidata demócrata Harris ha debido reforzar su imagen como dura luchadora contra el crimen para contrarrestarlo.
En septiembre pasado, la actual Vicepresidente endureció su mensaje anti-crimen centrándose en mencionar al Cártel de Sinaloa y al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) como los principales introductores de fentanilo a EU y cuyo combate será una prioridad de regresar a la Casa Blanca.
“Todo el mundo aquí entiende que la mayor parte del fentanilo en Estados Unidos proviene de dos cárteles basados en México”, dijo Harris en el Estado clave de Arizona apenas en septiembre, donde se comprometió a duplicar los fondos del Departamento de Justicia para extraditar y procesar a miembros de los cárteles.
Actualmente, el presupuesto anual del Departamento de Justicia de EU destinado a la lucha antidrogas supera los 10 mil 100 millones de dólares y en él están contenidos esfuerzos de diversas agencias como la Administración para el Control de Drogas (DEA) y el Buró Federal de Investigación (FBI), entre otros.
Para los expertos en EU, la lucha contra los cárteles y la violencia que generan en México es un área de potencial colaboración aún con las muy evidentes diferencias derivadas de las acciones unilaterales de EU como la detención a finales de julio de 2024 del fundador del Cártel de Sinaloa, Ismael “Mayo” Zambada.
“En EU muchos esperan que Sheinbaum tome una actitud discretamente pragmática en este asunto. El plan de seguridad de Sheinbaum enfatiza, entre otras cosas, un mayor uso de la inteligencia y la coordinación”, dice a Grupo REFORMA Ryan Berg, el experto del Centro de Asuntos Estratégicos Internacionales (CSIS).
En algunos círculos estadounidenses, la experiencia de intercambio de información con el actual Secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, durante su gestión en la Ciudad de México pudiera ser una ventana para la colaboración, particularmente ante la debilidad de los órganos mexicanos de inteligencia.
“La triste verdad es que México no genera mucha inteligencia útil sin cooperación de la DEA y de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional de EU (HSI). Hay una crisis de seguridad abierta en Sinaloa, Guerrero y Chiapas, y Sheinbaum necesitará ayuda de muchos lados para controlarla”, advierte Berg.
Pero al igual que en el tema comercial, la presencia de China como origen de los precursores químicos para la producción de fentanilo significa que la presencia del gigante asiático se convertirá en uno de los temas centrales que México deberá enfrentar no importando si Harris o Trump triunfen el próximo 5 de noviembre.
“China será el nuevo tema principal en la relación (con México) pues estará hasta arriba de las preocupaciones de seguridad nacional para EU”, concluye la profesora Starr de la USC. “Y la relación con México tendrá que apegarse a nuestras preocupaciones o al menos escucharlas con atención”.
Con información de Reforma