Por Irma Santander
Es tan común que hoy en día, algunos de los movimientos sociales y temas de interés y beneficio para una sociedad, se conviertan en el principal botín de la política.
“Politizar”, palabra que lo dice todo: dar contenido o carácter político a cosas, acciones o pensamientos que precisamente se caracterizan por no tenerlo. Es decir, nada que ver con temas políticos.
En México pareciera una práctica cotidiana que una lucha social se politice, ya sea por quienes encabezan el movimiento, o bien que las propias autoridades busquen darle ese sentido para su interés personal o deslindarse de algún compromiso.
Vayamos a algunos ejemplos:
La educación que es la base fundamental de la sociedad ha llegado a tergiversarse en temas políticos, un claro ejemplo, el paro nacional que realizaron 22 universidades públicas del país.
La exigencia es que el Gobierno Federal les otorgue un presupuesto adicional a los centros universitarios porque están en crisis económica y no hay para pagar los salarios y prestaciones de los trabajadores.
A lo que el presidente de la república Andrés Manuel López Obrador respondió a los líderes del sindicato que no daría un peso más ni tampoco cedería a chantajes, e hizo hincapié que las universidades no dan cuentas claras en el manejo de los recursos.
Mientras tanto, los estudiantes pierden clases que jamás se recuperan.
Otro ejemplo palpable en Veracruz, es el tema de la justicia, si la misma que el gobernador del Estado Cuitláhuac García Jiménez y el ahora ex fiscal de la entidad Jorge Winckler Ortiz, por más de un año politizaron, olvidándose de ejercer su verdadera función que no es más que hacer valer la justicia de tantos hechos violentos que se generan.
Los dos servidores públicos se dedicaron a disputarse el poder político, uno por su partido de MORENA y el otro por el PAN, mientras el estado se teñía de rojo por tanta violencia.
La misma película sucede en Coatzacoalcos, entre el presidente municipal Víctor Carranza Rosaldo y la síndica Yazmín Martínez Yrigoyen, aunque aquí los dos son militantes del MORENA, los dos se disputan el poder en medio de un municipio que enfrenta una crisis económica y altos índices delictivos.
Y es que hasta los temas de grupos vulnerables también se llegan a politizar, tal es el caso de las personas con discapacidad, un certamen de belleza con participantes en sillas de ruedas en el que Coatzacoalcos será sede el próximo 18 de octubre, dejó de recibir recursos económicos por parte de los gobiernos estatal y municipal argumentando que no hay dinero para ese sector y que era un “evento político”.
Así las cosas, en nuestro México, en nuestro Veracruz y en Coatzacoalcos, primero anteponiendo los intereses personales de los más poderosos y a lo último la ciudadanía.
Ni hablar.