Irma Santander Vera / CDP NOTICIAS
La exposición a juegos violentos a través del uso excesivo de teléfonos celulares, son los principales factores detrás del aumento de casos de ansiedad y depresión en adolescentes y jóvenes, advirtió la supervisora escolar de la zona 21 de Escuelas Secundarias Generales, Silvia García Ávalos.
En ese sentido, hizo un llamado urgente a los padres de familia para que tomen medidas restrictivas, ya que el abuso de los equipos está impactando negativamente la salud emocional de los estudiantes.
García Ávalos señaló directamente a ciertos videojuegos de competencia como un catalizador de frustración y tristeza entre los alumnos.
“Entre ellos están los juegos violentos, el Free Fire o algo así, ese juego que es de competencias por matar, los niños aparte de que lo juegan y si no logran la meta de llegar al más alto nivel, se enojan, se desesperan y están tristes, no quieren otra cosa más que jugar eso”, detalló la supervisora.
Además de los juegos, el deseo de querer compararse o igualar a otra persona y no lograrlo a través de las redes sociales o interacciones virtuales también contribuye a generar ansiedad en los jóvenes.
CELULAR UNA HERRAMIENTA MAL UTILIZADA
Aunque los dispositivos móviles son útiles para la investigación, García Ávalos lamentó que los estudiantes no les dan el uso adecuado.
“El celular sirve para hacer investigaciones, pero los alumnos no lo utilizan en su gran mayoría para eso, lo utilizan para subir cosas que tampoco son benéficas emocionalmente, hacen grabaciones que tampoco les ayudan a crecer emocionalmente”, enfatizó.
Reconoció que la falta de supervisión paterna, a menudo por las dinámicas de horarios laborales, impide que los padres se percaten de las actividades de sus hijos.
No obstante, el problema se agrava cuando los tutores evaden su responsabilidad.
“Se han dado situaciones que cuando existen casos de conducta se mandan llamar a los padres y estos no acuden y evaden responsabilidades”, refirió.
Ante esta situación, en el actual ciclo escolar se han implementado acuerdos de convivencia obligatorios. Estos acuerdos buscan formalizar el compromiso de los padres para atender los llamados de la escuela y mantenerse pendientes de sus hijos, estableciendo que el tutor es el responsable de la educación del estudiante.

